Definitivamente las actividades en la naturaleza tomaron mucho interés especialmente después de pandemia, esto también genero mucho más tráfico en veredas y brechas conviviendo más ciclistas de montaña, senderistas, corredores, escaladores y hasta vehículos motorizados.
Siempre es bueno que la población en general se interese en la naturaleza, ya que es necesario el valor de estos escenarios naturales y eso solo comienza, si van a visitarlos.
Pero ahí es donde entra un elemento importante; La cultura ambiental; en donde tiene reglas, recomendaciones, decálogos y hasta sanciones, que se aplican para que toda la gente que usa estas veredas y brechas puedan convivir con mucha más armonía.
Respeto
Imaginemos un escenario donde el porche o calle en frente de nuestra casa siempre sea el punto de reunión de cientos de personas cada fin de semana, los coches, el ruido, la contaminación, las necesidades fisiológicas etc; Todo en un momento nos va a quitar la paz de nuestra casa y al final va a molestar. Algo similar sucede con los ejidos o dueños de terrenos donde estas brechas y veredas existen.
En la ciudad existe el número 911 donde puedes marcar para apaciguar a tu vecino escandaloso, en los ejidos no existe otra alternativa más que prohibir el paso. Y si se preguntan si es legal, pues claro que es legal y a la vez lógico. A nadie nos gustaría vivir con las molestias de cientos de personas y todavía reclamando que tienen el derecho de pasar por donde se les antoje.
Si vas a la naturaleza y practicas alguna de estas actividades nuestro primer deber es ser empáticos con la gente que vive o que son dueños de estos lugares, siendo nuestra primera opción el utilizar los destinos que ya están acondicionados para congregar a estos visitantes y segundo es solicitar los permisos necesarios generando el valor económico que significa llegar y utilizar estas veredas.
La regla es, si prohíben el paso
HAY QUE RESPETAR.
