Una plática sobre ser guía de ascenso en el Pico de Orizaba
y la contaminación que deja el turismo de aventura
Ser guía de montaña, ¿chamba, pasión, reto?
Para ser guía necesitas tener pasión por lo que haces, estar dispuesto a pasar largas temporadas en la montaña, estar lejos de la comodidad de la ciudad, el dinero es solo la consecuencia de esto.
Un “guía” que sólo viene a ganar dinero, deja la atención de los clientes en segundo término o los forza a llegar a la cima, lo he visto a lo largo del tiempo. El guía debe tener gran preparación en primeros auxilios en zonas agrestes, saber qué hacer en situaciones de crisis, tener conocimientos de rescate y evacuaciones de emergencia, meteorología, morfología de la montaña, manejar una buena orientación, manejo de brújula, GPS, mapas. Un guía de montaña tiene que ser un compendio de conocimientos, además de un consumado montañista.
¿Por qué seguir subiendo el Pico de Orizaba?
A lo largo de 22 años he ascendido esta montaña más de 400 veces, con más de 300 cumbres y puedo decir que cada vez es diferente: por la gente que me rodea, por el clima cambiante que permite que no sea un ascenso monótono, los montañistas de otras latitudes siempre enriquecen cada ascenso. Ha sido un recorrido de aprendizaje constante… alguna vez me preguntaron “¿por qué subir? y respondí “¿por qué no? ¡¡Ahí está!! El Pico de Orizaba se convirtió en parte de mi vida y seguiré subiendo aunque ya no guíe.
¿Qué le da el Pico de Orizaba a un montañista?
Una diversidad de satisfacciones. Por la grandiosidad del lugar, sus paisajes, es un reto a nuestra capacidad, a uno mismo y no a la montaña, ella no modifica nada, nos ofrece obstáculos naturales que permanecen por siempre, también encontramos momentos para reflexionar. La cumbre es una consecuencia de nuestro esfuerzo a la capacidad física, técnica y mental. Tenemos que considerar que la montaña nos permite permanecer en ella, nosotros somos los que la impactamos con nuestra presencia, dejando basura, pintando, rompiendo… entonces podríamos preguntar: ¿Qué le damos nosotros a la montaña?
¿Y cuál sería tu respuesta?
Es algo relativo, pero pienso que la acción humana ha impactado negativamente, comenzando por la depredación de bosques que continúa a pesar de algunos esfuerzos, siempre nos preguntamos quién los explota clandestinamente. Como consecuencia, tenemos la ausencia de un microclima, que era la forma natural de la montaña de definir sus ciclos de lluvia y significaban un aumento en la cantidad de agua que aportaban los afluentes que nacían en ella, también mantenían constante la cantidad de nieve y conservaban las condiciones glaciares. Esto, aunado al calentamiento global, acelera dramáticamente la disminución de nieve perpetua en nuestra montaña; la zona de Piedra Grande está impactada debido a nuestra pobre educación ecológica, ensuciamos, pintamos rocas y el entorno ha cambiado. La situación sanitaria es crítica en los refugios y debido a la cantidad de desperdicios ha aumentado la cantidad de roedores, haciendo muy difícil pernoctar en ellos.
¿Consideras que las empresas de turismo de aventura agravan la contaminación en la montaña?
Creo que todos somos responsables, no creo que tenga que ver si alguna empresa trabaje bien o mal, el daño está hecho. Si no hacemos algo, esto continuará. Las empresas que llevamos turismo tenemos la responsabilidad de contribuir a que nuestros clientes tomen conciencia de ello; el daño se dio de paulatinamente y también así tiene que cambiar. Realmente el principio es educarnos al respecto y respetar nuestro entorno, la masificación de la montaña ha traído como consecuencia que estos problemas se agraven. Es necesario que exista voluntad de parte de autoridades y montañistas para que esto cambie.
Roberto Flores Rodríguez “Oso”, es fundador y miembro de la Asociación Mexicana de Guías de Montaña y Escalada,instructor certificado de la Brigada de Rescate del Socorro Alpino de México A.C., y guía en la empresa Orizaba Mountain Guides. Contáctalo a través de la página:
www.orizabamountainguides.com.mx
“El Pico de Orizaba se convirtió en parte de mi vida
y seguiré subiendo aunque ya no guíe”
